Necesitada de emoción, esta chica va a casa de su suegro por su cumpleaños. Por suerte, le espera el mejor regalo: una polla enorme lista para la acción. La abre, ansiosa por probarla. Se lo montan como conejos, pasando del misionero a la vaquera, e incluso a un intenso perrito en este festival de sexo casero. ¡Una hora amateur nunca había estado tan caliente!