Tommy King, un semental audaz, tiene la misión de perforar agujeros de verdad. Tiene la mira puesta en una chica en lencería que anhela una cabalgada intensa. Ella empieza haciéndole una mamada húmeda, atragantándose con su gruesa polla. Él le devuelve el favor, follándole la cara hasta que chorrea saliva. Entonces llega el momento principal: una doble penetración profunda e implacable. Dos pollas dilatan sus estrechos agujeros, dejándola boquiabierta y pidiendo más. Con cada embestida, se acerca a un orgasmo que le sacude el cuerpo. La habitación se llena con el sonido de sus gemidos y el roce de carne contra carne. Tommy y su amigo no se rinden, embistiéndola hasta explotar, dejándola con una corrida facial que no olvidará.
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