No estaba listo para lo apretado que se sentiría el coño casero de esta latina sexy y delgada. Era la mejor amiga de mi novia, una novata en el sexo, pero, caray, sabía cómo moverse. Me deslicé dentro, gimió, y eso fue todo; no pude contenerme. Me corrí en menos de cinco putos minutos. Se rió, llamándome hombre de los minutos, pero demonios, valió la pena. Ese coño perfecto era simplemente demasiado bueno.