Pensó que solo la provocaría, que haría algunas poses sensuales, pero, ¡maldita sea!, su hermanastra ansiaba polla. Lo siguiente es que la está devorando, metiéndosela hasta el fondo de la garganta. A cuatro patas, vaquera, misionero... cada agujero metido hasta las pelotas. Perfección en primer plano, observando sus ojos hambrientos mientras cabalga.