Cuando mis padres se largaron, mi hermanastra morena, guapísima, dejó Netflix por una serie de verdad. Se arrodilló y me hizo una mamada en primera persona que jamás olvidaré. Esta tía sabía cómo manejar una polla, y cuando se agachó para hacerme la postura del perrito, fue el fin del mundo. Ninguna serie podría superar este episodio.