Una universitaria morena y atractiva siempre soñaba con que el compañero de piso de su mejor amiga se la follara a cuatro patas. Un día, la encontró inclinada, lista y esperando. La agarró por las caderas, embistiendo su estrecho coño por detrás. Sus gemidos resonaban mientras ella tomaba cada centímetro, sus sueños convirtiéndose en una cruda e intensa realidad.