Ella hizo una mueca cuando él la agarró del pelo, penetrando más profundamente. Dolor mezclado con placer, una follada brutal que no olvidaría. Esta amateur se atragantó con su polla, con lágrimas corriendo, pero le encantó. Duro y crudo, cada embestida gritaba: «Sé que duele, pero te encanta». Sin piedad, solo pasión pura y sin adulterar.