En esta película japonesa amateur de sexo crudo, una chica linda y nostálgica no tiene suficiente. Cabalga a su chico, gimiendo con cada embestida, mientras su futón improvisado cruje bajo ellos. La experiencia casera es real, y sus orgasmos aún más. Se frota el punto dulce, temblando y gritando: "¡Joder, me corro!", hasta quedar hecha un mar de satisfacción.