¡Joder! ¿Quién iba a decir que las matemáticas podían ser tan excitantes? Mi profesora, con su culo brasileño, me invitó a su clase particular. No me imaginaba que me enseñaría algo más que ecuaciones. Resulta que a esta fanática del fitness le encanta el sexo sucio, al estilo colombiano. ¡Rayos! Ese día resolví más que solo matemáticas. Sus curvas me pusieron más duro que el álgebra, y al final, me la estaba follando como si fuera el examen final.
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