Aparece sin avisar, en cuanto su marido se va. Ella lo recibe con una sonrisa, lista para su cámara en primera persona. Esto no es nada profesional, es acción casera de verdad. Le mete la polla como una aficionada, disfrutando cada segundo. Él termina con una corrida enorme, pintando su bonita cara. ¡Qué zorra!