Rei Sky, mi ardiente madrastra asiática, me prometió una recompensa especial si aprobaba mis exámenes. Lo que no sabía es que su idea de recompensa era una mamada espectacular. Empezó de rodillas, mostrando sus habilidades amateur, y luego me montó como una profesional. Pasamos del misionero al perrito, y sus gemidos llenaron la habitación. ¡Rayos, nunca había estudiado tanto en mi vida!