Mi polla palpitaba mientras veía a mi sexy hermanastra amateur, inclinada a cuatro patas en nuestra cámara secreta. Gimió, masturbándose y suplicándome: "¡Por favor, córrete dentro de mí!". No pude resistirme; estaba buenísima. Me la follé como un profesional, y mientras me la chupaba, me corrí hasta el fondo, dejándola chorreando.