Este tipo estaba obsesionado, la vio salir y, ¡joder!, simplemente tenía que tenerla. Estaba buenísima, con curvas perfectas. No podía dejar de pensar: «De verdad quería a esta chica». Ella lo provocó, se inclinó y le mostró ese culo perfecto. Cuando finalmente cedió, la folló con fuerza, la hizo gritar y la dejó con ganas de más. Una fantasía cruda y sucia hecha realidad.