Bailaba con mi hermosa madrastra, sintiendo ese calor entre nosotras. Sus curvas me volvían loca, y sabía que no podíamos resistirnos. Nos besamos apasionadamente, y nuestros cuerpos se entrelazaron en una noche explosiva de lujuria. Mamá era una auténtica rica, y yo era su chico travieso. No paraba, no paraba, lo hacíamos bien.
18:43
12:00
7:59
7:58