En el asiento del copiloto de mi viejo sedán, la novia de mi mejor amigo, una guapa morena amateur, no me quitaba las manos de encima. Por solo 10 dólares, esta guarrilla casera me bajó la cremallera y me chupó la polla como una profesional. Estaba loca, hambrienta de sexo, dándome la mejor mamada de carretera que he tenido. ¡Menudo secretito!
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