Ver el partido con mi abuelo cachondo se convirtió en una sesión apasionada. Me enseñó a marcar goles dentro y fuera del campo. Su fetiche por los jóvenes amateurs lo convirtió en un momento de locura. Nuestras raíces europeas sin duda aumentaron la pasión. Y vaya si esa milf madura sabe cómo complacer a un hombre.