El amor fraternal creyó haber ganado la lotería cuando una cosplayer amateur y gruesa apoyó su enorme trasero contra él. Lo que ella no sabía es que él tenía un arma secreta: una polla monstruosa a la que no pudo resistirse. Este festín de sexo interracial en primera persona termina con ella pidiendo más, demostrando que el amor fraternal es el verdadero ganador.