En una habitación de motel abarrotada, una guapa amateur comparte cama con su apuesto y rudo hijastro. La acción casera se intensifica al intercambiar miradas, sabiendo que no deberían, pero no pueden resistirse. Ella es una tentadora mezcla de inocencia y deseo, que lo pone muy duro. La agarra, acercándola, y ella se derrite en sus caricias. Follan como locos, entrelazados, olvidando todos los tabúes en su frenesí lujurioso.