Mi novia, que estaba buenísima, y yo nos estábamos poniendo traviesos al aire libre. Quería mi polla en su culo apretado, pero primero me rogó que le comiera su dulce ano. La metí los dedos mientras la lamía y la chupaba hasta que estuvo empapada. El jardín era el escenario perfecto para nuestro juego intenso en pareja.