Pillada en la ducha, mis dudas sobre mi compañera de piso se acabaron. Una chica amateur, delgada y sexy, me sorprende con una sonrisa traviesa. No es una chica cualquiera, tiene madera de estrella porno. Sus manos, resbaladizas por el jabón, se deslizan hacia abajo y me hacen una paja que no olvidaré. Joder, esto es mejor que cualquier fantasía. Se acabaron las duchas en solitario.