La curiosa y atractiva latina Salomé Gil no puede resistirse al semental bien dotado de su vecino. Lo seduce en la terraza compartida, empezando con una mamada sensual, mostrando su fetiche por las pollas. Su culo perfecto está a la vista, volviéndolo loco. Esta vecina traviesa está a punto de recibir el polvo de su vida, a cielo abierto.