Después de dar el sí, me salté la recepción para una celebración más intensa. La hija de la criada india, con la barriga llena de mi polla enorme, me montó a lo vaquera. Follamos a cuatro patas, sus gemidos resonaban mientras yo penetraba su dulce coño. Terminando con una corrida interna, mi noche de bodas no pudo ser mejor.