En Sin City, una petarda de 1,32 m no puede resistirse a la tentación de una polla negra. Esta guarrilla, apenas lo suficientemente grande como para subirse a las montañas rusas, se pone cachonda en su hotel de Las Vegas. Porno casero en su máxima expresión, es insaciable, disfrutando de cada centímetro como una profesional. Esta pequeña aspirante a estrella porno no deja nada a la imaginación, convirtiendo su habitación de hotel en un festín de sexo que no olvidará.