Una gordita con lencería roja recibe su polvo navideño sobre una mesa neoyorquina. La Nochebuena la tiene ansiosa, metiéndosela hasta el fondo en todas las posturas. Es una vaquera guarrilla, luego una castorra impaciente en el misionero, antes de agacharse para una follada a cuatro patas. A esta zorra también le encanta chupar pollas, haciendo una mamada húmeda antes de que le vuelvan a llenar el coño.