Solo quería relajarse y leer, pero su madrastra cachonda tenía otros planes. Abriéndose de piernas, insistió en probarla, lamiendo su coño mojado en la postura del misionero antes de voltearla para un poco de sexo anal a cuatro patas. Olvidó el libro mientras cabalgaba a su madrastra a lo vaquera, gritando de placer.