Mi hermanastra, menuda y guarrilla de 1,42 m, se coló en mi habitación, deseando probar mi enorme polla negra. Es diminuta, pero tiene un apetito enorme. Se frota contra mi polla gruesa y gime como una puta sucia, pidiendo más. Esta pequeña zorrita ama cada centímetro, gritando de placer hasta que me corro.