Las clases de conducir de mi hermanastra se vuelven más atrevidas cuando le enseño a usar mi palanca de cambios. Está cachonda, excitada, y apretar las marchas la pone cachonda. De repente, está rebotando en mi polla, gimiendo como una zorra. La follo con fuerza, haciéndola gritar hasta explotar dentro de ella. ¡Las clases de conducir nunca se sintieron tan bien!