Las descargas eléctricas la hacen retorcerse, atada e indefensa, sin ningún sitio adónde ir. La baba gotea de su boca amordazada mientras cables con corriente excitan sus pezones endurecidos, apretados y temblorosos. El impactante placer de la atadura eléctrica: ansía más. Con espasmos y gemidos, esta zorra está lista para una cabalgada salvaje.
9:26
10:06
18:40
6:50