Maldita sea, Spider-Man y Spider-Girl vuelven a las andadas, pero esta vez es brutal y salvaje. Ella está inmovilizada contra la pared, con el traje destrozado, mientras él la embiste con fuerza. Un festín de superhéroes en su máxima expresión, con gemidos ardientes que resuenan por la ciudad. Paredes de ladrillo, trajes de látex y pasión pura y sin filtros. Este dúo anticrimen sabe cómo combinar negocios con placer, follando como si no hubiera un mañana.