Después de un día de mierda en el trabajo, este tío llega a casa y encuentra a su hermanastra pavoneándose en tanga. Es pura sonrisa y risas, lista para convertir su maldito día en la mejor noche de su vida. Empiezan despacio, provocando y riendo, pero enseguida, ella está de rodillas, chupándole la polla como una piruleta. De repente, él le está dando caña a su estrecho coño en el sofá, haciéndola gemir como una perra en celo. ¡Joder hermanastros! ¡Hay que amarlos!