Una adolescente cachonda se despierta mojada y lista, con el coño deseando acción matutina. Abierta de piernas en la cama del hotel, se frota el clítoris, desesperada por un polvo. Sus gemidos resuenan en la habitación vacía, mientras sus dedos se deslizan en su coño apretado y húmedo. El sexo matutino nunca se sintió tan bien.