Cerrando de golpe la puerta del baño, me follo a esta chica increíblemente sexy sin parar. Se apoya contra la pared, con el culo en alto, disfrutando cada centímetro. Gemidos ahogados resuenan mientras le embisto el estrecho coño, el aroma a sexo crudo impregna el aire. Salvaje, sucio y jodidamente intenso, justo como a ella le gusta.