Mi hermanastra me pilló viendo porno, así que decidimos que le dieran por culo, disfrutar juntos. Abrí una botella, apagué las luces, y de repente, las dos estábamos gimiendo con la misma peli guarrilla. El calor tabú convirtió nuestra noche en un festival de sexo sucio y sudoroso. ¿Quién iba a pensar que compartir era tan excitante?