Un mirón travieso se cuela en la habitación de su hermanastra, ocultándose como un secreto sucio. Ella no se da cuenta, se pone sus sexys bragas de encaje y le hace un striptease privado. Él la observa, con la polla palpitante, mientras se viste, sabiendo que luego se masturbará, fantaseando con su cuerpo atractivo. Jodidamente arriesgado, pero vale la pena cada segundo.
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