En la oscuridad de la noche, sus ansias se encienden. Una chica cachonda, incapaz de resistir su deseo nocturno, sucumbe a sus fantasías lujuriosas. Necesita una polla grande y dura para saciar su coño húmedo y palpitante. Bajo las sábanas iluminadas por la luna, se frota contra su semental bien dotado, follando como si no hubiera un mañana. El insaciable apetito sexual de esta zorra no tiene límites cuando se pone el sol.
el padre de mi novio