En el sucio baño de la discoteca, esta zorra cachonda no pudo resistir sus impulsos. Lo arrastró adentro, desesperada por satisfacer su palpitante polla. Con el bajo retumbando afuera, se arrodilló y le hizo una mamada pública y sucia. Este encuentro lascivo apenas comenzaba, y el riesgo de ser descubierta hacía que el polvo fuera aún más intenso.