Elena está sola en casa, intentando relajarse con un libro, pero su coño empieza a palpitar, desesperada por acción. Desliza la mano hacia abajo, jugueteando con su clítoris, pero joder, necesita más. Sus dedos no son suficientes esta noche. Quiere una polla gruesa para saciar su hambriento coño. ¿Encontrará a alguien que le dé la cabalgada salvaje que anhela?