Hambriento de algo más que un corte, este peluquero indio cachondo no podía apartar las manos de su tetona clienta. Mientras le cortaba el pelo, tenía otra cosa en la cabeza. Le acariciaba las tetas y le hacía gotear el coño. A ella le encantaba, se ponía cachonda, lista para cambiar su corte de pelo por un polvo intenso.