Lleva semanas echándole el ojo a su hermanastra, y ahora es el momento de ver si puede con su estrecho coño. Es una fiera, provocándolo, volviéndolo loco. Está duro como una piedra, listo para follar, pero ¿podrá aguantar? Su coño es un torno, agarrándolo con fuerza. Está metido hasta el fondo, sus bolas le dan una nalgada, pero sus gemidos lo llevan al límite. ¿Se correrá demasiado pronto? Esta es su prueba definitiva: follar a su hermanastra a lo bestia sin correrse demasiado rápido.