Mi profesor, el guarro, me había estado mirando todo el semestre, así que cuando me ofreció llevarme a casa, supe que me esperaba un buen polvo después de clase. Mi familia no se imaginaba que, mientras pensaban que estaba estudiando, en realidad estaba en la cama con mi profesor, el cachondo y pollón. Me llevó a su casa y me dio una lección de garganta profunda antes de penetrarme el coño apretado como un auténtico profesor. Supongo que este año estoy aprendiendo más que solo lo académico.