Papá y yo pasamos un día caluroso chapoteando en la piscina, con mis grandes tetas apenas contenidas en el bikini. Con el sol pegando fuerte, la cosa se puso caliente. Papá no pudo resistirse a mis sensuales curvas, y pronto me encontré gimiendo de placer mientras me daba una buena eyaculación. Fue un día feliz, sin duda.