Relajándome en el sofá, viendo la tele con mi hermanastra, que está buenísima, no puedo concentrarme en la pantalla. Su cuerpo firme me distrae, así que saco la polla. Me mira, se lame los labios y, de repente, me está chupando profundamente, haciéndome la mejor mamada de mi vida. ¡Joder, su boca es increíble!