Se cuela en la habitación de su hermanastra y se mete en su cama, listo para abalanzarse sobre ella. Está caliente, duerme solo con un camisón diminuto. Empieza a follarla, lento y profundo, dejándola gimiendo por más. Tras una cabalgada salvaje, la llena de su crema, dejándola empapada y satisfecha. Sin remordimientos, solo pura diversión.