Un hijastro cachondo no puede apartar las manos de su madrastra tetona en el autobús de vuelta a casa del trabajo. Le toquetea a escondidas sus grandes tetas y su estrecho coño, dejándola mojada y con ganas de más. Ella gime suavemente, disfrutando de las caricias en público, deseando un buen viaje al llegar a casa. ¡Joder, este viaje en autobús va a ser una locura!