Su hermanastro ya no aguanta las provocaciones de su hermanastra. Está en su habitación, inclinada, con el culo al aire, solo con una diminuta tanga. Está duro como una piedra, y cuando se gira para ver su polla palpitante, sabe que lo tiene. Con una sonrisa sucia, lo penetra profundamente, chupando hasta que está a punto de reventar. Él la folla con fuerza, haciéndola gritar y suplicar por más. Cuando por fin está listo para explotar, ella se bebe hasta la última gota, dejándolo exhausto y satisfecho. Su polla explota, y ella no podría estar más feliz.