De camino a casa, me encontré con mi vecina tetona, una chica gordita con un apetito insaciable. Me invitó a tomar un café, pero sabía que ansiaba algo más que un café matutino. De repente, estaba con la cara metida en su coño mojado y afeitado, haciéndola gritar como una loca. ¡Joder, esa zorra con curvas sabía cómo correrse! No hay mejor manera de empezar el día que con los jugos de una milf cachonda derramándote por la barbilla.
Wow