Una sesión de estudio a escondidas se convierte en un festín de sexo salvaje. Me estoy tirando a mi compañera de clase mientras su madrastra, despistada, hace los deberes en la habitación de al lado. Lo mantenemos en silencio, pero, maldita sea, su coño está tan estrecho que es difícil no hacer ruido. Es una estudiante traviesa, que disfruta de cada embestida, esperando que su madrastra no nos pille.