Primera vez a solas con mi amiga con derecho a roce, esperando que ningún fisgón la interrumpa. Está caliente, mojada y lista para una buena polla. Nos echamos un polvo rápido, con el corazón acelerado, la ropa tirada al suelo. Es arriesgado, es sucio y es jodidamente excitante. Sus gemidos son música para mis oídos, esperemos que las paredes sean lo suficientemente gruesas.