Cuando los amigos se marcharon, esta fantasía de hermanastros cachondos se hizo realidad. Su casa, sus reglas... y él estaba a punto de enseñar a sus curiosas hermanastras a follar como una profesional. Ella estaba deseando montarla, chuparla y llevársela hasta el fondo, convirtiendo su tarde traviesa en un revolcón salvaje y tabú que jamás olvidarían.