La atractiva Melocotón era la típica virgen inocente. Nunca la habían tocado íntimamente y sentía un poco de miedo. Pero estaba decidida a que su primera vez fuera inolvidable. Se quitó la ropa y abrió las piernas, dejando al descubierto su estrecha y rosada rajita. Su corazón latía con fuerza mientras anticipaba la desfloración que estaba a punto de ocurrir. Cerró los ojos y esperó el placer. Gimió de placer al ser arrebatada y llenar su cuerpo de calor. Por fin se había convertido en una mujer.
hey